I. AUTOEXIGENCIA
Echando la vista hacia atrás siempre se ha considerado al exigente más competente, sabio y válido que el resto, pero hoy vamos a desestructurar este mito, ¡enseguida te explico todo!
Cuando hablamos de autoexigencia nos referimos al deseo irrefrenable de cumplir con unos estándares de calidad demasiado elevados, estando totalmente dispuestos a soportar el malestar que esto puede llegar a generarnos.
II. CARACTERÍSTICAS PERSONALES
¿A qué crees que se debe este rasgo? – Podríamos estar hablando de una persona con sentimiento de inferioridad, baja autoestima, que tiende a compararse con los demás queriendo quedar bien o con tendencia a la culpabilidad cuando no cumple con todos los objetivos que se había propuesto…
¡Vamos al grano! Para ser más concisos los separaremos en 3 grupos a nivel personal:
1. Metas personales: entendiendo que este grupo es el menos habitual. Nos referimos a las personas que necesitan cumplir X objetivos, cueste lo que cueste, pisoteando su salud física y psicológica. Si no te incluyes aquí ¡enhorabuena!. Los dos siguientes son los más habituales.
2. Autoestima: hablamos de la necesidad de posicionarnos a un nivel superior, socialmente hablando, y sobre todo de ser reconocidos por los demás, regalando nuestra posición y valía personal.
3. Ansiedad: aquellas personas con miedo a perder su trabajo, sienten presión por parte de sus superiores o se ven sobrecargados en funciones, sintiendo que no llegan a todo, lleven el ritmo que lleven. Este grupo no sabe poner límites, terminando por trabajar con niveles muy elevados de cortisol (hormona del estrés). Este desgraciadamente podríamos catalogarlo como el más habitual.
III. CONSECUENCIAS
¿Conoces la hormona de cortisol?
Pues es la encargada de ayudar al cuerpo a responder al estrés, reducir la inflamación y regular el nivel de azúcar en la sangre y el metabolismo, entre otras muchas funciones. Tiene un efecto prácticamente en todos los órganos y tejidos del cuerpo.
Por tanto, uno de los riesgos de mantener elevados niveles de cortisol es somatizar “transformar los problemas psíquicos en síntomas orgánicos de forma totalmente involuntaria” creando enfermedades crónicas, que nos acompañarán toda la vida, deberíamos revalorarlo, ¿no crees?.
A nivel mental, debemos hablar que los altos niveles de estrés disminuyen el rendimiento cognitivo afectando sobre la velocidad de procesamiento, la atención, la concentración, la memoria y enlentecen nuestra capacidad de procesamiento de la información.
Evidentemente, estarás pensando en qué consecuencias podría ocasionarte laboralmente hablando. Enseguida te cuento, pongamos un ejemplo, imagínate “un periodista que escribe un artículo y nunca logra terminarlo, volviendo a empezar una y otra vez, considerando que no está lo suficientemente correcto para su gusto…”
IV. RESULTADO
Evidentemente nos vemos con un resultado de bloqueo del pensamiento, paralizados, agobiados, perdidos y sin rumbo. Todo esto genera un sentimiento mantenido de insatisfacción personal-laboral quitándonos la paz interior, además de paralizar nuestro desempeño.
En muchas ocasiones vemos que este malestar ocasiona una bajada de autoestima porque comenzamos a cuestionarnos cosas que antes no pensábamos, creando lo que llamamos “rumiación cíclica” totalmente disfuncional.
Hablemos también de cómo afecta a otras esferas vitales como la social, personal y/o familiar: vemos que la persona ha estado tan inmersa en el trabajo que ha creado negligencias en lo relativo a sus amigos, padres, hijos y/o en la relación con su pareja, creando un ambiente hostil en el hogar. Generando además una sensación de abandono y aislamiento del grupo de pertenencia, que va incrementándose con el tiempo, haciendo que la persona se encuentre en una burbuja sin puerta de salida.
V. EL ERROR QUE RESUELVE TU PROBLEMA
Desde la Terapia Breve estratégica podemos acompañarte, dotándote de herramientas para el manejo del
malestar ocasionado por los altos niveles de exigencia.
Lee atentamente: cuando te encuentres en un estado de autoexigencia y perfeccionismo absoluto, trata de buscar cometer algún error de forma voluntaria, deliberada y premeditada. Esta es la forma de conseguir romper la tensión que habías generado, pudiendo recuperar la fluidez y la creatividad, anulando tu patrón inicial.
VI. TEST
Si has llegado hasta aquí es porque llevas todo el tiempo evaluándote, por ello te dejo a continuación un test rápido y sencillo para que puedas conocerte un poco mejor.
1. Te consideras perfeccionista?
(Piensa si dedicas tiempo al descanso, no estableces límites, no tomas agua, no te alimentas, desviviéndote para sacar el trabajo adelante)
SI
NO
2. ¿Te gusta trabajar en equipo?
(Mide el esfuerzo que dedicas al trabajo, si sabes o no delegar, si consideras que tú lo harías mejor que cualquier otro, si confirmas las características mencionadas responde esta pregunta con un “NO”)
SI
NO
3. ¿Abandonas tus horas de sueño y de comida por trabajar?
(Esta pregunta se parece a la primera, pero aquí estamos hablando de periodos permanentes, refiriéndonos a convertir este modo de vida como rutina, sin saber cómo desprenderme de él debido a estar inmerso en el trabajo)
SI
NO
4. ¿Te consideras controlador/a?
(Si te resistes al cambio de forma irracional, te enfadas y detestas que cambien tus dinámicas, la respuesta será un “SI”)
SI
NO
5. ¿ Te castigas cuando te equivocas?
(¿Te reprochas las pérdidas, te machacas cuando fallas, no te permites aprender mediante el ensayo-error o te permites cosechar el fruto con el fin de mejorar…?)
SI
NO
¡Ahora sí, vamos a analizar los resultados!
Si has obtenido una mayor cantidad de respuestas afirmativas estaríamos de una persona ALTAMENTE EXIGENTE. Descrita como aquella que no invierte en su calidad de vida ni psicológicamente ni físicamente hablando. Debemos destacar que pone todo su empeño en obtener el mejor resultado pero esta conducta tiene como consecuencia un deterioro significativo de su salud. Para ti, tener errores, es algo negativo. Permitirte descansar, aunque lo necesites, parece que no entra en tus planes.
Ahora bien, si has obtenido 3 o más respuestas negativas hablaríamos de una persona LIGERAMENTE EXIGENTE. Nos referimos a aquella persona que invierte en self-care, sabe que equivocarse mejora su competencia, ajusta bien sus expectativas con la realidad, valora sus metas y se enfoca hacia sus sueños.
Sea como sea el resultado que hayas obtenido, respira, siempre puedes contactar con nosotros para guiarte, asesorarte y dotarte de herramientas para manejar el estrés laboral, sé que no es nada sencillo.