La Trampa de la Autoestima

La Trampa de la Autoestima:

¿Por qué puede ser peligroso medir nuestro valor personal?

La autoestima es un tema recurrente en la psicología y la cultura popular. A menudo la entendemos como el resultado de una evaluación interna basada en nuestros logros, éxitos y aspectos que consideramos positivos en nosotros mismos.

En terapia, muchas veces, el trabajo sobre la autoestima se orienta hacia mejorar el autoconcepto del paciente, ayudándolo a identificar sus fortalezas y logros, provocando que ambos conceptos se confundan:

  • La autoestima se refiere a la valoración emocional que hacemos de nosotros mismos. Es la forma en que nos sentimos sobre quiénes somos y cuán dignos nos consideramos de ser amados, aceptados y exitosos. La autoestima está vinculada a la sensación de bienestar personal y afecta cómo nos tratamos, cómo manejamos las relaciones y cómo enfrentamos las dificultades.

Ejemplo: Si tienes buena autoestima, te sientes seguro y confiado en tus capacidades, si no.. puedes sentirte incompetente, inseguro/a y dudar de tu valor. Es la percepción emocional de quién eres.

  • El autoconcepto, por otro lado, es la imagen mental que tenemos de nosotros mismos. Está compuesto por las creencias, pensamientos y percepciones que hemos acumulado sobre nuestras características, capacidades, roles y valores. El autoconcepto no implica necesariamente una evaluación emocional, sino más bien un conjunto de atributos o cualidades con los que nos identificamos.

Ejemplo: Tu autoconcepto puede incluir pensamientos como «soy una persona divertida», «soy bueno tocando un instrumento», o «soy un buen amigo». Es la percepción cognitiva de quién eres.

Esta confusión, la cual nos lleva a una autoevaluación constante, puede llegar a ser perjudicial, convirtiéndose en una fuente de autocrítica y perfeccionismo.

Pensar en la autoestima como un equilibrio entre nuestras virtudes y defectos o como algo que debemos «ganarnos» o conseguir.. genera inseguridad y fragilidad.

 

 

¿Por qué?

Porque los logros y éxitos son efímeros; siempre habrá alguien que haga algo mejor, y nuestra habilidad para mantener un alto rendimiento puede verse afectada por la edad, la salud y otros factores inevitables de la vida.

Si solo podemos querernos cuando alcanzamos estándares perfectos, nuestra autoestima estará siempre en peligro.

La clave será aprender a amarnos de forma incondicional, aceptándonos con nuestras fortalezas y nuestras imperfecciones. Así como amamos a los demás no por sus logros, sino por quienes son, podemos aprender a construir una relación auténtica con nosotros mismos. Este tipo de amor va más allá de los éxitos o fracasos.

Es muy probable que no quieras más o sientas más aprecio por tus seres queridos (tus padres, hermanos o amigos) en función de si consiguen un ascenso en el trabajo, si son capaces de sacar tiempo para continuar formándose, si hacen deporte y se alimentan saludablemente, o si son capaces de conciliar su vida laboral y familiar y sacar tiempo para todo a diario.. Si para amar a otros no necesitas ver sus virtudes o defectos.. ¿Por qué necesitas tenerlos en cuenta contigo mismo para decidir si mereces amarte o no?

Ahora bien ¿Cómo podemos favorecer una buena autoestima? ¡Aquí te proponemos cuatro formas de mejorarla! Además, incluiremos ejercicios prácticos ¡No te los pierdas!

  1. Aceptar y observar el propio malestar

 

Observar el malestar (emocional o físico) sin juzgarlo o tratar de huir de él, sino aceptándolo, es un acto de amor hacia uno mismo, que además nos ayuda a gestionarlo. Esto es debido a que consigues mejorar tu entendimiento, congruencia y sensación de bienestar.

 

Ejercicio: Diálogo con el malestar

  1. Encuentra un lugar tranquilo: Siéntate cómodamente, cierra los ojos y respira profundamente unas cuantas veces para relajarte.
  2. Identifica el malestar: Piensa en una emoción o situación que te cause incomodidad o dolor (puede ser una preocupación, tristeza, nerviosismo, etc.).
  3. Visualiza tu malestar como una figura o imagen: Imagina que ese malestar tiene una forma, color e incluso puede hablar. Por ejemplo, puedes imaginarlo como una nube gris, una roca pesada…¡Dale la forma que tú quieras!
  4. Dialoga con él: Hazle preguntas como: ¿Qué haces aquí? ¿Quieres decirme algo? No tienes que responder de inmediato, solo escucha lo que surge sin juzgarlo.
  5. Agradécele por aparecer: Aunque parezca extraño, agradece a este malestar por darte información acerca de tus emociones y necesidades. Imagínate darle las gracias por su presencia y por ayudarte a entender mejor lo que sientes y podrías gestionar. De hecho, esta incomodidad, ¡es la que te da pistas sobre cómo actuar al respecto! Por ejemplo: sientes malestar por la posibilidad de haber hecho un comentario inapropiado a un compañero de trabajo. Ese malestar quizás sea el que te impulse a preguntarle si le ha molestado y así poder salir de dudas, además de poder disculparte en caso de que sí le haya molestado.
  6. Respira profundamente: Termina el ejercicio tomando algunas respiraciones profundas. ¡Esto ayudará a calmar la emoción en el caso de que haya venido intensamente!

Este ejercicio te ayudará a relacionarte con tus emociones difíciles sin rechazarlas ni dejar que te abrume su presencia, pudiendo además tomar decisiones que la “resuelvan” de forma adecuada. Con el tiempo, desarrollarás una mayor capacidad de observación y aceptación frente a tu propio malestar.

 

2. Autocompasión

 

 

La autocompasión, consiste en contemplar nuestro propio sufrimiento, bondadosamente, con ternura, sin juzgarlo y alejándonos de la autocrítica. Es importante sentirnos conectados con otros, sin dejar que el malestar nos aísle o se centre en nuestro sufrimiento. Es una herramienta fundamental en la búsqueda de una relación positiva contigo mismo, mejora el bienestar emocional, reduce la ansiedad y fortalece el amor propio.

 

¿Te ocurre que no juzgas a tus amigos y tratas de comprenderlos y apoyarlos, pero no lo haces contigo mismo cuando se trata de tus propios actos y emociones? ¡Prueba a realizar el siguiente ejercicio!

Ejercicio: Carta a un ser querido
Escribe una carta imaginando que quien está pasando por tu situación es un ser querido. Seguramente lo harás desde la ternura y la comprensión, sin juicios ni críticas. Este ejercicio te ayudará a adoptar una perspectiva de autocompasión, cambiando, probablemente, el enfoque hacia la amabilidad.

 

Si eres una persona que tiende a aislarse cuando tiene un mal momento o está pasando por una época difícil.. plantéate lo siguiente:

¿Alguna vez has apoyado a un familiar o amigo en un mal momento? ¿Cómo te has sentido haciéndolo? Es probable que tu respuesta sea, que te sentiste bien por poder estar ahí y ayudarlo, aunque solo fuera por tu presencia y compañía…

Cuando negamos que nos acompañen por tal de no “ser una carga” o “no molestar” también impedimos que dicha persona experimente ese bienestar que conocemos y hemos vivido en otras situaciones.

 

3. Responsabilizarnos de nuestras propias necesidades

 

 

¿Quién no se ha quejado alguna vez cuando se ha sentido frustrado o triste? Pero ¡Podemos ir más allá! En lugar de quedarnos anclados en la queja, podemos asumir la responsabilidad de nuestras necesidades, y así, tomar acción respecto a ellas. La Terapia Gestalt y la Terapia de Aceptación y Compromiso nos enseñan que aceptar nuestras necesidades es un acto de madurez y autoconocimiento, ya que si evitamos ese malestar, impedimos cubrirlas y desarrollarnos como individuos plenos.

 

Ejercicio: Lista de necesidades y acciones
Haz una lista de tus necesidades actuales (por ejemplo: descanso, compañía, tiempo para ti) y escribe una pequeña acción para satisfacer cada una.

Luego, comprométete a realizar una de esas acciones esta semana, apuntala en un papel y márcala cuando la hayas conseguido.

¡Tomar decisiones activas para satisfacer tus necesidades refuerza tu autonomía y bienestar!

 

4. Decidir el propio sentido de la vida

 

 

 

Viktor Frankl, pionero de la logoterapia, defendía la importancia de que cada persona descubra su propio sentido de su existencia. Eres tú mismo el que debe realizar un acto de amor y congruencia consigo mismo, de manera que tu vida, tal como es, valga la pena ser vivida. Esto implica aceptar tu realidad, tratarte con compasión y asumir la responsabilidad de darle un sentido propio.

 

Ejercicio: Reflexión del propósito personal
A continuación, encontrarás una serie de tablas (importancia, consistencia y propuesta de objetivos) que te ayudarán a reflexionar sobre qué valores y acciones le dan sentido a tu vida en diferentes áreas vitales. Esto te ayudará a tener presente lo que realmente importa para ti y actuar en congruencia. ¡Ve completándolas con las indicaciones que aparecen al inicio de cada una de ellas!

 

IMPORTANCIA

En esta primera tabla, te animamos a que puntúes cada área en función de la importancia que para tu bienestar y felicidad tiene cada una de ellas, sin tener en cuenta cuán presentes están las mismas en tu día a día o rutina.

1 = Nada importante para ti.

10 = Muy importante para ti.

Áreas vitales

1.Familia (diferente de esposo/a o hijos/as).
2. Esposo/a, parejas, relaciones íntimas.
3. Cuidado de los hijos/as.
4. Amigos/vida social.
5. Trabajo.
6. Educación/formación.
7. Ocio/diversión.
8. Espiritualidad.
9.Ciudadanía/vida comunitaria.
10.Cuidado físico (dieta, ejercicio, descanso).

 

CONSISTENCIA

En esta tabla, te animamos a que puntúes cada área en función del esfuerzo que consideras que dedicas a cada una de estas.. teniendo en cuenta cuánto consideras que las cuidas o proteges en la actualidad.

Áreas vitales

1. Familia (diferente de esposo/a o hijos/as).
2. Esposo/a, parejas, relaciones íntimas.
3. Cuidado de los hijos/as.
4. Amigos/vida social.
5. Trabajo.
6. Educación/formación.
7. Ocio/diversión.
8. Espiritualidad.
9. Ciudadanía/vida comunitaria.
10. Cuidado físico (dieta, ejercicio, descanso).

 

PROPUESTA DE OBJETIVOS

Es probable que hayas sido consciente de no estar siendo congruente con alguna de ellas, pudiendo, por ejemplo, considerar muy importante “a tu familia” (habiéndola puntuado con un 9), pero no estar dedicando, por ejemplo, a tu juicio.. el tiempo que consideras que sería el adecuado (habiendo puntuado en “consistencia” esta área con un 5).
Ha llegado el momento, si así lo consideras, de proponerte pequeños objetivos que te hagan sentir ser más congruente con aquello que consideras importante para ti. Recuerda que sean metas realistas y que puedas ir cumpliendo poco a poco.

Áreas Objetivos Planificación (Fecha y hora)

1. Familia (diferente de esposo/a o hijos/as).
2. Esposo/a, parejas, relaciones íntimas.
3. Cuidado de los hijos/as.
4. Amigos/vida social.
5. Trabajo.
6. Educación/formación.
7. Ocio/diversión.
8. Espiritualidad.
9. Ciudadanía/vida comunitaria
10. Cuidado físico (dieta, ejercicio, descanso).

 

Conclusión

La autoestima real no es una evaluación ni una lista de virtudes que tratar de hacer más extensa que la de nuestros defectos, se trata de decidir cuidarnos y respetarnos en todas nuestras facetas. Como cualquier relación de amor verdadero, esta también se construye y protege.

✨ Amarte a ti mismo no es el resultado de lo que logras, sino una decisión que reafirmas a diario. Porque mereces la pena, con todas tus luces y sombras. ✨

Deja un comentario

Ir al contenido